La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó este viernes que de los 24.500 refugiados y migrantes Venezolanos que se encuentran en Guyana, 2500 son indígenas del pueblo Warao que se han asentado en áreas a las que es muy difícil llegar, sin acceso a servicios básicos y sin asistencia humanitaria.
La representante de la Oficina Regional de ACNUR en Panamá destacó la precariedad en que viven las familias venezolanas Warao y afirmó que urge una mayor presencia humanitaria y el apoyo de la comunidad internacional para ayudar al gobierno guyanés a aliviar la situación de esas personas.
Philippa Candler expresó gran preocupación por esas comunidades, cuyo acceso a los servicios básicos es muy limitado o nulo y cuyas necesidades se han agudizado debido a la recesión económica derivada de la pandemia de COVID-19.
Según las evaluaciones realizadas en octubre y noviembre entre los hogares de refugiados y migrantes Warao, la mayoría hace sólo una comida al día, o a veces ninguna.
Además, carecen de oportunidades de empleo formal, por lo que desempeñan trabajos ocasionales que a menudo les pagan con comida. Muchos se ven obligados a mendigar o dependen de una ayuda humanitaria que no se les puede entregar con regularidad debido a la lejanía de los asentamientos y a la falta de infraestructura de transporte.
Candler indicó que la mayor parte de las familias Warao no tiene acceso a agua potable, por lo que depende de los ríos para hidratarse y asearse.
El personal de ACNUR en la región recibió información de que la semana pasado un niño Warao del asentamiento en Anabisi murió por desnutrición, y que varios más fueron hospitalizados por el mismo motivo o por enfermedades relacionadas con la falta de saneamiento en que viven.
Más de 5,6 millones de venezolanos han abandonado su país, la mayoría hacia países de América Latina y el Caribe