La carpa tiene capacidad para alrededor de 500 hombres y puede ampliarse para albergar a 1.000 que tendrán que dormir pegados unos con otros en catres angostos. El comisionado de gestión de emergencias de la ciudad de Nueva York, Zach Iscol, dijo: “No hay muchos lugares donde se pueda instalar este tipo de infraestructura y hacer este tipo de trabajo para cuidar de tanta gente. Esta es también una instalación temporal. La gente no va a vivir en esta instalación. Es una solución a corto plazo hasta que las personas [migrantes] sepan cuál será su próximo destino”.
Casi 20.000 solicitantes de asilo han llegado a la ciudad de Nueva York desde abril, muchos de ellos provenientes de Venezuela. Algunas de estas personas han sido acogidas por el sistema de albergues de la ciudad, mientras que otras terminan viviendo en la calle. Otras han sido llevadas a casas de personas voluntarias que les brindan alojamiento y que también organizan colectas de comida y ropa para las personas migrantes que llegan a la ciudad.
Activistas en defensa de los derechos de las personas migrantes continúan exigiendo mejores albergues para los solicitantes de asilo. El director ejecutivo de la organización New York Immigration Coalition, Murad Awawdeh, dijo que la carpa de refugio que se instaló constituye “una mancha en la rica historia de nuestra ciudad de acoger a las personas migrantes y es moralmente reprobable”. Awawdeh agregó al respecto: “El alcalde Adams ha hecho caso omiso de los llamados de activistas y de otros funcionarios de la ciudad para que se brinden otras opciones de alojamiento más apropiadas. En cambio, ha implementado este peligroso plan y ha puesto en riesgo el estatus que la ciudad de Nueva York detenta como faro de esperanza [para las personas migrantes]”.
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