En Estados Unidos, en el estado de Ohio, aumentan los temores de que se esté produciendo un desastre ambiental y de salud pública mayor de los que hasta ahora se conocía, luego de que un tren de carga operado por la compañía ferroviaria Norfolk Southern descarrilara el 3 de febrero en la comunidad de East Palestine, ubicada cerca de la frontera entre los estados de Ohio y Pensilvania.
El accidente llevó a que las autoridades de Ohio ordenaran la liberación de las sustancias químicas mediante lo que se conoce como quema controlada. Este procedimiento provocó un gran incendio y una columna de humo.
Los datos que la Agencia de Protección Ambiental publicó el domingo muestran que el tren contenía más sustancias químicas tóxicas y cancerígenas de las que se habían informado inicialmente.
El Departamento de Recursos Naturales de Ohio estima que el derrame mató a más de 3.500 peces de las vías fluviales circundantes. En las granjas de la zona se han encontrado gallinas muertas. Los residentes han informado de dolores de garganta, ardor en los ojos y problemas respiratorios.
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