En Siria, la población civil carece de protección y no sólo sigue sufriendo violaciones generalizadas de sus derechos humanos, sino que no pudo recibir la asistencia vital que precisaba inmediatamente después del terremoto del 6 de febrero pasado debido a que las partes en conflicto dificultaron su paso.
Así lo afirmó la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria en su más reciente informe, publicado este lunes, en el que reporta abusos generalizados de las garantías fundamentales en los meses previos al desastre natural.
El informe destaca la negligencia tanto del gobierno como de los grupos opositores con respecto a la protección de los civiles y las critica por no haber llegado a un acuerdo para una pausa inmediata de las hostilidades, aseverando que no permitieron ni facilitaron la ayuda para salvar vidas a través de ninguna ruta disponible en la primera semana después del terremoto.
Según los expertos de la Comisión, los sirios se sintieron abandonados y desatendidos por quienes se suponía que debían protegerlos en los momentos más desesperados, por lo que llamaron a que se rindan cuentas en este sentido.
La Comisión también señala fallas de otros actores en la respuesta al siniestro, incluyendo a la comunidad internacional y a las Naciones Unidas.
Por otra parte, el informe documenta las violaciones de derechos humanos y del derecho humanitario en territorio sirio y califica de “atroz” la situación de los civiles que viven en las zonas de enfrentamientos en el norte y noroeste del país.
La Comisión sigue investigando nuevas embestidas en las zonas devastadas por los terremotos, entre las que se cuenta un ataque la semana pasada de Israel al aeropuerto internacional de Alepo, una de las entradas de la ayuda humanitaria.