“Estamos poniendo en valor la memoria desde la ética del Estado de Derecho para que nunca más alguien se anime a hacer algo como esto”, afirmó el mandatario y señaló que “lo sucedido en la última dictadura fue también en gran medida por la complacencia de la sociedad, por los medios de comunicación y porque tuvieron los jueces necesarios que convalidaban y avalaban las atrocidades que hacían”.
“Siento una mezcla de un enorme dolor por la tragedia que se vivió en lugares como éste, y también de paz espiritual porque 47 años después no nos olvidamos, seguimos reclamando verdad y justicia y seguimos poniendo en valor la memoria colectiva”, añadió.
El jefe de Estado rememoró que fue “el único testigo del momento en que Néstor Kirchner decidió cambiar la lógica de las políticas de derechos humanos”, y destacó la decisión del ex presidente para que el Congreso de la Nación “anule las leyes de Obediencia Debida y Punto Final”, así como “el decreto de Fernando De la Rúa que prohibía la extradición de personas involucradas en violaciones a derechos humanos ocurridos entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983”.
“Néstor era todo audacia, y finalmente me dijo: ´Alberto, probamos con el olvido y no funcionó, probamos con el perdón y no funcionó. Probemos con la justicia, es la hora de la justicia’”, recordó el presidente, y remarcó que “podemos tener diferencias políticas, pero la gran mayoría de los argentinos y argentinas el 24 de marzo se abraza, marcha y sigue reclamando memoria, verdad y justicia”.