Las repetidas advertencias de las organizaciones humanitarias sobre la desesperada inseguridad alimentaria y la inminente hambruna en Gaza cristalizaron este viernes cuando se conoció que diez niños han muerto ya por desnutrición y deshidratación, según las autoridades sanitarias de la Franja.
Los registros oficiales muestran que un décimo niño ha fallecido por hambre, informó este viernes el portavoz Organización Mundial de la Salud (OMS), Christian Lindmeier: "Una marca muy triste. Por desgracia, cabe esperar que las cifras no oficiales sean más elevadas".
Según informaciones de prensa, los diez niños han muerto en el hospital Kamal Adwan del norte de Gaza y en el hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza.
La creciente crisis de alimentos en el enclave ha llevado a la hambruna a un cuarto de la población palestina en la Franja, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
El portavoz de esta agencia de la ONU, que coordina la entrega de ayuda humanitaria, explicó que aunque la declaración oficial de una hambruna requiere que se reúna una serie de complejos criterios técnicos, en Gaza la situación se está deteriorando “a gran velocidad”.
“Una vez que se declara una hambruna es demasiado tarde para mucha gente”, sostuvo Jens Laerke, recordando que en Gaza, hay medio millón de personas que en la práctica ya la sufren, no hay un flujo comercial de alimentos, los camiones con ayuda humanitaria entran a cuentagotas y tienen muchas dificultades para circular una vez dentro.
La noticia se produce después de que ayer más 100 palestinos murieran y otros cientos resultaran heridos cuando, según noticias de prensa, Israel disparó fuego de artillería contra un convoy de ayuda humanitaria al que se habían acercado desesperadamente palestinos necesitados de comida.
La rápida condena del incidente por parte del Secretario General de la ONU, António Guterres, quien también pidió una investigación independiente, fue secundada por otros altos funcionarios de la ONU, entre ellos el responsable de OCHA, Martin Griffiths.
"La gente está tan desesperada por comida, por agua fresca, por cualquier suministro que arriesgan sus vidas para conseguir cualquier alimento, cualquier suministro para sus hijos, o para sí mismos”, dijo Lindmeier. “Este es el verdadero drama. Esta es la verdadera catástrofe aquí, que los alimentos y suministros son tan escasos que vemos surgir estas situaciones. Y los suministros de alimentos han sido cortados deliberadamente. No nos olvidemos de esto”.