Martes, 15 Noviembre 2022 10:34

Incrementar la salud con el consumo de pescado

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Un mayor consumo de pescado puede ser beneficioso para la salud de la población y la economía. 

El alto valor nutricional y su tenor reducido de grasas hacen del pescado un alimento estratégico para combatir dos grandes problemas de salud pública: la mala nutrición y la obesidad. Con todo, su producción y su consumo en Brasil, como así también el de crustáceos, moluscos y otros productos comestibles de origen acuático aún son pequeños y, según los expertos, se ubican muy por debajo del potencial del país.

Investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), del Instituto de Pesca –vinculado a la Agencia Paulista de Tecnologías de Agronegocios (APTA)–, de la Secretaría de Agricultura y Abastecimiento del Estado de São Paulo y de la Universidade de Mogi das Cruzes (UMC) pretenden aportar a la transformación de este panorama durante los próximos años mediante un proyecto de investigación aplicada que se desarrollará en colaboración con empresas brasileñas, estadounidenses y europeas del sector pesquero, aparte de organismos gubernamentales. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la FAPESP en el marco del programa de Centros de Ciencia para el Desarrollo (CCD).

La inversión total prevista para ese lapso de tiempo, sumando todas las contrapartidas, la infraestructura y los sueldos, es de aproximadamente 23,8 millones de reales. El grupo espera que los resultados se traduzcan en beneficios tanto en lo concerniente a la salud de la población como para la economía. Brasil es en la actualidad el 16º productor mundial de pescado (mediante cría) y el tercero de Occidente. Así y todo, se importa en el país alrededor del 30 % de los productos de origen acuático que los brasileños consumen.

“Brasil es un país de agronegocios y puede hacerse tan grande en la producción de pescado como lo es hoy en día con relación a la soja, el maíz, el algodón, el café, las naranjas, la carne de pollo o la carne vacuna. Estamos en condiciones de crecer y atender tanto al mercado interno como al mercado externo. Se estima que la necesidad mundial de alimentos podrá duplicarse para el año 2050, y nuestro país puede convertirse en una potencia en la acuicultura”, afirma Daniel Lemos, docente del Instituto Oceanográfico (IO-USP) y coordinador del proyecto.

A juicio del investigador, para fomentar el consumo de pescado entre los brasileños será necesario trabajar al menos en tres vertientes: habrá que bajar el costo de los productos, facilitar el acceso a los mismos y modificar los hábitos alimentarios, poniendo de relieve las ventajas nutricionales que los alimentos de origen acuático tienen con relación a las carnes rojas y, fundamentalmente, con respecto a las comidas rápidas o fast-foods.

Uno de los primeros pasos en este sentido consistirá en estudiar el perfil de consumo de la población en el estado de São Paulo. Luego de identificar las especies de pescado más consumidas, los investigadores pretenden analizar muestras representativas para verificar su perfil de nutrientes. Con base en esta información, buscarán entender de qué manera afectan las prácticas de cría al contenido nutricional de esas especies y poner a prueba estrategias de fortificación.

“Sabemos que los peces de agua fría como el salmón son generalmente más ricos en ácidos grasos de cadena larga [omega-3]. Pero esta es una característica que podemos manipular durante el proceso de cría, añadiendo determinados compuestos naturales al pienso que se les da a los animales, por ejemplo. También pretendemos aplicar técnicas de marcadores genéticos para seleccionar características que vuelvan al pescado aún más nutritivo”, explica Lemos.

Para abaratar la producción, una de las estrategias propuestas consiste en estimular el aprovechamiento de residuos que actualmente se desperdician o se utilizan en productos de bajo valor agregado, como la harina de pescado destinada a la alimentación animal.

Karina Toledo - FAPESP