Martes, 03 Marzo 2020 10:33

Petrona Viera, una exposición indispensable

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Petrona Viera, una exposición indispensable Autoretrato, Petrona Viera.

El Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) del Parque Rodó viene presentando desde el pasado 20 de febrero, una muestra de la pintora uruguaya Petrona Viera, “El hacer insondable”, una de las precursoras del arte nacional y de las primeras mujeres que se expresaron mediante la pintura con un concepto “profesional” del arte.  

La obra de Petrona Viera, siempre ha despertado el interés del público. Razón ha tenido su continua presencia en las exposiciones permanente que el MNAV lleva a cabo destacando el legado de los grandes pintores que ha tenido el Uruguay.

Nace en Montevideo, el 24 de marzo de 1895. Hija mayor de once hermanos, Petrona padecerá a los dos años de una enfermedad que la dejará sorda cuando estaba empezando a hablar.

A Petrona, solo se la relaciona a su padre, Feliciano Viera, presidente de la República, o incluso como alumna de Laborde y de Rodríguez, olvidando la presencia ineludible de su obra y la admiración que despiertan muchos de sus cuadros más expuestos y conocidos.

La actual exposición es una doble apuesta al conocimiento de una mujer que a lo largo de su vida desarrolló una extensa actividad haciendo pintura, dibujo y xilografías en un momento en que no era común que fuera una mujer la artista.

Debieron pasar 60 años desde su fallecimiento ocurrido en 1960, para que Petrona Viera pudiera desembarazarse de olvidos de su época y aparecer con la frescura, la fuerza y la pujanza que despierta su pintura.

En esta exposición antológica que se adelantó a la celebración del mes de la mujer, destaca el trabajo de una de ellas que, forzada por la incapacidad que tuvo cuando niña, debió alejarse de los cánones impuestos por la época para las mujeres y su papel asignado en la sociedad.

A partir de esa “discapacidad”, contando con el apoyo familiar, es que Petrona comienza a incursionar en la pintura, el dibujo, y luego la xilografía (grabado en madera), creando una muy

personal y refinada mirada a la sociedad de su época.

La muestra se divide en temas que son desarrollado con detenimiento: retratos, dibujos, naturalezas muertas, paisajes y xilografías, destacan el trazo claro y decidido de esta mujer para captar buena parte de los momentos que signaron su vida, en donde se destaca la presencia de su maestro Laborde, su participación en el mundo artístico de la época, y la resistencia que recibía.

Las curadoras de la exposición María Eugenia Grau y Verónica Panella destacan que “la "pintora de niños", casi niña ella en la hiperintegrada mirada de sus contemporáneos, la "simpática mujercita" sumariamente reseñada en las páginas de Mundo Uruguayo, merece una revisión de esos reduccionistas absolutos a los que se la asocia, en una muestra que propone un acercamiento al variado corpus creativo, de un mundo devorado y reinterpretado por la mirada personal y penetrante de esta artista fundamental, destinada a dejarnos más interrogantes que respuestas”.

Asolan al espectador aspectos de su obra como los paisajes, silenciosos escenarios naturales donde no aparece la presencia humana y apenas algún caballo puede apreciar en las playas y campos que atrajeron su atención, signos de un hermetismo condicionado a su condición de mujer “discapacitada”, según los preceptos de la época.

En las xilografías, es minucioso el tratamiento de la imagen, llegando en algunos casos, a integrar en pequeñas piezas, verdaderas escenas familiares, tal es caso del hombre al teléfono.

Esta singular y muy recomendable exposición estará abierta al público hasta el 24 de mayo en MNAV del Parque Rodó.

Daniel Rovira Alhers

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Modificado por última vez en Martes, 03 Marzo 2020 10:45