LIBRO: Andrés Castillo, la desmesura de una pasión

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 El movimiento de teatro independiente en nuestro país, ha dado nombres muy importantes y destacados.  

Pero de la misma manera que este fenómeno ha sido una constante, también es cierto la poca difusión que en muchos casos, esos hombres y mujeres han tenido, más allá de su esfera más cercana a su actividad.

Teniendo en cuenta que el teatro es de las actividades artísticas más efímeras, fruto incuestionable del hoy y ahora, instantáneo e irrepetible, esos hacedores de este lenguaje próximo y directo pocas veces logran perdurar más allá de los recortes de la prensa luego de un estreno.

No obstante, hay intentos muy valiosos para que ese gran bagaje de experiencias y conocimientos no se pierda, y cuando abrimos las páginas del libro Relato de un apasionado Andrés Castillo, el teatro que respiro, de Luis Marcelo Pérez, estamos ante uno de esos valiosos y escasos ejemplos en que la memoria es preservada.

Pienso que pueden ser pocos los que retengan el nombre de Andrés Castillo, su desaparición física ocurrió en noviembre de 2004, y además Castillo en su extensa permanencia en el mundo del teatro, fue desarrollando variadas ocupaciones siendo la más prolongada en el tiempo, la del organizador, creador y propulsor de políticas culturales con el teatro como su más claro exponente, articulador de salas, elencos, en un entramado desde instituciones como FUTI (Federación de Teatros Independientes), SUA (Sociedad Uruguaya de Actores), y en más de una de las instituciones teatrales y en la formación de elencos independientes que nuestra ciudad ha tenido.

Pero además, en su juventud, Castillo fue actor, pero también autor de piezas teatrales que muchas deberían tener un necesario reestreno.

Y con ese material, el poeta, periodista y conductor radial, Luis Marcelo Pérez, organiza lo que podría ser un expediente casi completo de la vida de Andrés Castillo volcada al teatro, a la abogacía y a llevar hacia adelante la cultura teatral como bandera irrenunciable.

Mediante encuentros con el protagonista, sumado a material de archivo de distinta procedencia, el autor va construyendo este panorama abigarrado y complejo.

En un volumen de más de 450 páginas, el autor desata en el mejor sentido, esa caja de Pandora que es la vida y la historia del teatro independiente de la mano de uno de sus fundadores.

La multiplicación de datos, acontecimientos del movimiento teatral, luchas que los teatreros debieron llevar a cabo y en donde Castillo participó a lo largo de varias décadas -incluyendo los años de la dictadura – son un insumo insustituible para los que quieran saber más sobre el teatro en Montevideo.

Si esto fuera poco, el libro de Marcelo Pérez tiene un apéndice donde personalidades del teatro uruguayo son consultados sobre este protagonista casi anónimo para el público en general. Conformando el total de esta entrega editorial, son publicadas algunas de las piezas teatrales que escribió Castillo, así como poemas u otros materiales que llevan su pluma, como también un anexo fotográfico.

La desmesura de la riqueza de esta entrega la hace singular, profunda, erudita, insoslayable a la hora de reconstruir y conocer el inicio, desarrollo y apogeo del teatro independiente en nuestro país.

Una obra profunda y embebida en los avatares que tiene esta profesión fruto de lo maravilloso y fugaz de su apretado y cálido abrazo.

Castillo se merecía este reconocimiento junto al de decenas de personas que han trabajado por el teatro en Uruguay.

Relato de un apasionado. Andrés Castillo, el teatro que respiro, de Luis Marcelo Pérez. AG Editores, 456 páginas. Distribuye Gussi.

Daniel Rovira Alhers

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Modificado por última vez en Miércoles, 29 Abril 2020 15:50