Uruguayos cuentan: Adelaida Fontanini - "Sin retorno"

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Julio se acercó a la lámpara de aceite que ardía sobre la mesa de trabajo, se ajustó el monóculo y leyó: “ te acompañaré hasta la muerte”. 

¿Era un amenaza? ¿Una promesa de amor? A Julio le gustaban los desafíos.¡Qué ironía! Cerró el baúl, guardó la nota en una pequeña caja de madera y la colocó en su maleta de mano. Sería mejor tenerla cerca, para no descuidarse, en su largo viaje hacia lo desconocido. No entendía por qué, la nota lo alteró. Su primer oficial lo miraba sorprendido al verlo distraído y callado. Esperaba órdenes, ya que se acercaban al objetivo y no sabía cómo enfrentar este nuevo misterio de los mares.Un golpe seco distrajo la atención de Julio. La nave cambió el rumbo, comenzó a girar y ante la sorpresa de la tripulación, se lanzó en picada hasta el fondo del mar. Los tripulantes fueron elevados como muñecos y envueltos en un torbellino, cayeron sobre la arena dorada, de una isla desconocida. Después de tranquilizarse los hombres, comenzaron a recorrerla.¡El paraíso gritaban!¡Estamos en el paraíso del mundo! El capitán no se había equivocado, lo llamaban loco, desquiciado, inconsciente, por arriesgar la vida de sus subalternos y llevarlos a destinos riesgosos: al infierno, o al paraíso. Julio abrió los ojos, las olas golpeaban su rostro, su cuerpo flotaba sobre la espuma. No podía moverse, por primera vez en su vida, tuvo miedo. Se encontraba, en medio de la nada. Un delfín se apiadó de él y lo llevó en su lomo hasta la playa. Intentó incorporarse vio a sus hombres que se alejaban cantando y bailando rodeados de ninfas hermosas, etéreas como hadas. La nave se elevó entre las nubes y cayendo sobre el mar recaló en la isla. La sirena de peligro, hizo vibrar a los pájaros que comenzaron a cantar en son de despedida. Los hombres se acercaron sin dudar, allá lejos atravesando el horizonte, los esperaba todo lo que un hombre tiene en la vida terrenal; allí estarían los familiares aglutinados en el puerto con la esperanza de un final feliz, tras una nueva aventura del capitán loco, como lo llamaban. En cada viaje cobraban lo suficiente para tener una vida tranquila que les permitía vivir decorosamente. Esta vez no estaban seguros por la actitud extraña e inconcebible de este hombre aventurero. Las sombras cubrieron la isla misteriosa. Julio se acercó hasta la nave que lo esperaba en una nube de humo y canto de sirenas. La llegada al puerto, fue como todas, algarabía risas y muchos abrazos. Julio llegó hasta su casa, apesumbrado y arrepentido por haber pensado en que esa nota cambiaría su destino. Le llamó la atención la lámpara de aceite que estaba encendida como esperándolo; sobre el piso de madera estaba su último libro:“Viaje al fondo del mar”. Abrió la maleta, la nota había desaparecido. Miró a su alrededor, entonces la vio allí estaba, intentó detenerla, pero girando en forma vertiginosa, la hoja entró en el libro de donde se había escapado. Julio cayó de rodillas. Hasta la muerte le había dicho, hasta la muerte…

Adelaida Fontanini

 

 

Modificado por última vez en Viernes, 05 Febrero 2021 11:28