En Afganistán, los talibanes han tomado el control de cinco ciudades desde el viernes, al tiempo que siguen llevando adelante una ofensiva implacable. Kunduz, Sar-i-Pul y Taloqan fueron las últimas capitales provinciales en caer ante el paso de los talibanes el domingo, a la vez que el grupo militante también avanza hacia las principales ciudades de Kandahar y Lashkar Gah.
Según se informa, el Gobierno de Biden no tiene planes de cambiar la fecha límite del 31 de agosto para completar la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, aunque anteriormente no descartó la posibilidad de continuar con los ataques aéreos pasada esa fecha. El viernes, combatientes talibanes asesinaron al principal funcionario del Centro de Información y Medios del Gobierno afgano en la ciudad de Kabul.
Mientras tanto, la enviada especial de Naciones Unidas para Afganistán dijo que más de 1.000 civiles murieron durante el último mes en el país y que la guerra ha entrado ahora en una “fase más mortal y destructiva”.
Deborah Lyons dijo que "es ahora un tipo diferente de guerra, una reminiscencia de la situación reciente en Siria o Sarajevo en un pasado no muy lejano. Atacar áreas urbanas es actuar de manera deliberada para infligir un gran daño y ocasionar un número inconmensurable de muertes civiles”.
Al menos 244.000 personas en Afganistán también han tenido que desplazarse a otras partes del país desde que comenzó la ofensiva de los talibanes en mayo.
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