El huracán Ida azotó el domingo la costa del estado de Luisiana como la quinta tormenta más fuerte registrada en golpear a Estados Unidos y provocó una marejada ciclónica de dos metros; vientos de 240 kilómetros por hora y cerca de 60 centímetros de precipitaciones en partes de la costa del golfo. Más de un millón de usuarios, incluidos todos los residentes de la ciudad de Nueva Orleans, se quedaron sin electricidad. Las autoridades advirtieron que podrían pasar semanas antes de que se restablezca el servicio eléctrico. El presidente Joe Biden emitió una declaración de catástrofe grave en el estado de Luisiana, donde se registró por lo menos una muerte. Se anticipa que dicha cifra aumentará en los próximos días. Cientos de miles de residentes se vieron obligados a evacuar las zonas afectadas durante el fin de semana, en medio del aumento más mortal de casos de COVID-19 en el estado. El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, habló el domingo mientras Ida se aproximaba a la costa: “No hay duda de que los próximos días y semanas serán extremadamente difíciles para nuestro estado. Y la situación pondrá a prueba a muchas, muchas personas de maneras que hoy solo podemos imaginar”.
Ida tocó tierra 16 años después de que el huracán Katrina azotara Luisiana con una trayectoria y una intensidad similar, y sumergiera a gran parte de la ciudad de Nueva Orleans bajo el agua. Esta vez, las autoridades sostuvieron que la compleja red de diques y bombas hidráulicas de la región había logrado resistir la fuerza del huracán.
Ida tocó tierra en Port Fourchon, un importante centro para la industria de la extracción de gas y petróleo en alta mar. El periódico New Orleans Times-Picayune informa que cerca de 600 centros industriales que producen o almacenan sustancias químicas tóxicas se encontraban en el camino de la tormenta.
Mientras tanto, al menos una persona murió y siete están desaparecidas en la costa del Pacífico de México después de que el huracán Nora tocara tierra el domingo como tormenta de categoría 1.
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