"Esta Misión de Observación Electoral (MOE) a Venezuela representa una gran responsabilidad, porque el país está viviendo un momento crítico”, dijo a DW su jefa, Isabel Santos. El primer contingente de observadores llega al país esta semana. Santos, eurodiputada portuguesa, tiene muchas y complejas observaciones electorales en su haber; no obstante, afirma que "esta misión representa un gran desafío”.
El momento es desafiante. A la compleja crisis del país sudamericano se suma lo delicada que quedó la relación entre la Unión Europea y Venezuela después de que Caracas declarara persona non grata a la embajadora de la UE y Bruselas hiciera lo mismo con la diplomática venezolana ante la UE. En la base del tira y afloja estaba el no reconocimiento de los europeos de las últimas elecciones parlamentarias (noviembre 2020). Aunque fue invitada a acompañarlas, la UE se rehusó a observarlas.
Las últimas elecciones que observó la UE en Venezuela fueron las del diciembre de 2006. En aquella ocasión, la MOE -presente en el país cuatro semanas antes de los comicios- certificó que el proceso electoral en su conjunto había sido acorde a estándares internacionales. Con todo, en la campaña y acceso a los medios se detectó una marcada presión oficialista.
DW