La policía de Brasil afirmó que el sospechoso los llevó a un lugar donde se encontraron restos humanos. En un comunicado, una comunidad indígena local condenó los asesinatos y elogió el trabajo de Phillips y Pereira: “Ambos eran activistas en defensa de los derechos humanos y murieron mientras trabajaban para cuidar de nosotros, los pueblos indígenas”.
Según se informa, días antes de que desapareciera, Pereira había recibido amenazas por sus esfuerzos para detener la pesca ilegal en la zona. Las dos personas que han sido arrestadas hasta ahora por el hecho son dos hermanos que se dedican a la pesca.
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