Como era previsible, la jueza María Eugenia Capuchetti ordenó la detención de Gabriel Nicolás Carrizo, la voz cantante del grupo que simulaba vender copos de nieve y que en realidad hacía espionaje en el marco del plan de homicidio de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Es obvio que la magistrada busca quién pudo haber influenciado al grupo e incluso si alguien les dio dinero, pero tiene claro que al menos tres de los que utilizaron la venta de copos intervinieron, de una u otra manera, en el ataque: Brenda Uliarte, Fernando Sabag y Carrizo. Fueron un núcleo básico. Y, entre ellos, Carrizo apareció como el vocero, el dueño del aparato de fabricación de los copos, el que lideraba.
La orden de detención la firmó Capuchetti en la noche del lunes y a lo largo de este martes se lo estuvo buscando. Finalmente él mismo fue a Comodoro Py porque le mandaron un mensaje de que podía retirar su celular, que estaba en poder del juzgado. Cuando llegó al edificio de Retiro, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo detuvo. La impresión es que algún otro integrante del grupo puede correr igual suerte: depende de un último análisis de las evidencias.
No hay registro de que Carrizo haya estado en la esquina de Uruguay y Juncal el 1 de septiembre, el día en que Fernando Sabag intentó matar a Cristina. Todo el día, desde su celular hizo y recibió mensajes en Barracas. Y la impresión es que Brenda y el resto del grupo fueron a Barracas a refugiarse después del atentado.
Pero todo indica que el 28 de agosto, tres días antes, Carrizo sí estuvo frente al edificio en el que vive CFK, tapado con un gorro y un barbijo. En algún momento incluso habló con Brenda y con Sabag, que estaban ahí, esta vez sin el puesto de copos. O sea, esa presencia indica que habría sido parte del plan, porque no fueron a otra cosa que a visualizar la seguridad y los movimientos de la exmandataria.
En el celular de Carrizo se detectaron dos mensajes posteriores al ataque. Uno decía: “Seguro el próximo sos vos Alberto! Tené cuidado!”. El otro afirmaba “El Gobierno es vulnerable y espero que les quede claro. Nosotros somos los que mantenemos estos parásitos ahí arriba, van a juzgar a una persona que le estaría haciendo un gran favor a toda la nación Argentina”. Esto último en relación a Sabag. Por lo tanto, no era ajeno para nada al pensamiento y al magnicidio que se emprendió.
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