Tras más de una semana de protestas contra el Gobierno de Irán, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos expresó este martes su preocupación por la continua respuesta violenta de las fuerzas de seguridad a las manifestaciones, así como por las restricciones a las comunicaciones que afectan al uso de la telefonía fija y móvil, de internet y de las redes sociales.
“Miles de personas se han unido a las manifestaciones antigubernamentales en todo el país durante los últimos once días. Las fuerzas de seguridad han respondido en ocasiones con munición real”, afirmó en rueda de prensa en Ginebra una portavoz del organismo que añadió que muchos iraníes han muerto, resultado heridos o fueron detenidos durante las protestas.
Ravina Shamdasani explicó que el detonante de las movilizaciones fue la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, una joven de 22 años que fue detenida el pasado 13 de septiembre por supuestamente no llevar el hiyab, de acuerdo con los requisitos obligatorios sobre cómo deben vestir las mujeres iraníes.
Aunque las restricciones de las telecomunicaciones dificultan el recuento del número exacto de víctimas y detenciones, los medios de comunicación estatales cifraron este sábado el número de muertos en 41.
Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales que vigilan la evolución de las protestas indicaron que la cifra de fallecidos, entre ellos mujeres y niños, es superior a la reportada por las informaciones oficiales y que hubo cientos de heridos en al menos 11 provincias.
“Nos preocupan enormemente los comentarios de algunos dirigentes denigrando a los manifestantes y el aparente uso innecesario y desproporcionado de la fuerza contra ellos. Las armas de fuego nunca deben utilizarse para disolver una concentración. En un marco de congregaciones, sólo deben utilizarse en caso de amenaza inminente para la vida o de lesiones graves”, detalló.