El número de muertos por los potentes terremotos del lunes (6.2.2023) superan hoy miércoles (8.2.2023) los 11.200, de los cuales 8.574 se produjeron en Turquía y 2.662 en Siria. En los dos países golpeados por el desastre se contabilizan también casi 55.000 heridos, muchos con fracturas y cortes de gravedad.
Recep Tayyip Erdogan se desplazó a Kahramanmaras y visitará también la provincia de Hatay, una de las más castigadas. "Aquí en Kahramanmaras, en el epicentro del terremoto que golpeó diez provincias, puedo decir que por ahora hay 8.574 muertos y 49.133 heridos", declaró el presidente turco a la prensa durante su visita a esa ciudad.
El Gobierno turco se enfrenta a una ola creciente de críticas por la ausencia de ayuda a los afectados. "Creo que mis ciudadanos, que siempre fueron pacientes, seguirán siéndolo. Bajo la coordinación de AFAD (la agencia de emergencias turca) el Estado está aquí", declaró Erdogan, que en mayo afronta unas decisivas elecciones que evaluarán sus 20 años en el poder.
"El primer día hubo algunos problemas, pero el segundo y hoy las cosas están bajo control. Empezaremos a retirar los escombros y nuestro objetivo es reconstruir las viviendas de Kahramanmaras y las otras ciudades afectadas en el plazo de un año", prometió el presidente, que también anunció ayudas económicas para las víctimas.
Pese a que en Turquía hay desplegados unos 60.000 miembros de equipos de rescate en la zona más golpeada, la devastación es de tal grado y el área tan amplia, que todavía hay lugares a los que no ha llegado ayuda alguna.
En medio del frío y la devastación, los socorristas, auxiliados por los primeros equipos de emergencia llegados de otros países, luchan contra el reloj para encontrar personas con vida tras el terremoto de magnitud 7,8, con epicentro en el sureste de Turquía.
DW