Brasil volvió a ser escenario de asesinatos de periodistas y profesionales de los medios de comunicación en general en 2022. Después de un año sin registrar ningún homicidio relacionado con el ejercicio de la profesión, el país registró al menos dos crímenes brutales el año pasado.
Uno de los casos citados en el informe anual sobre violaciones de la libertad de expresión, presentado el miércoles (10) por la Asociación Brasileña de Radiodifusoras y Televisoras (Abert) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), fue la muerte del periodista británico Dom Philips, asesinado mientras viajaba por la región amazónica con el activista Bruno Araújo, quien murió en el mismo ataque.
Ambos se encontraban en la región para recolectar información sobre el avance de la minería y la deforestación. El crimen tuvo repercusión internacional y fue noticia en los principales medios de prensa del mundo.
Cuatro meses antes, en febrero, el propietario del sitio web Pirambu News, Givanildo Oliveira da Silva, fue asesinado a tiros cerca de su casa, en Fortaleza (Ceará). Gigi, como era conocido el comunicador, recibió varios disparos poco después de informar de la detención de un sospechoso de doble asesinato.
Asimismo, la Asociación espera que se concluyan las investigaciones sobre el asesinato del periodista y empresario Luiz Carlos Gomes, ocurrido en agosto del año pasado en Río de Janeiro. Gomes conducía su auto cuando dos hombres se le acercaron en moto y le dispararon. El caso no se incluyó en el informe de Abert porque la Policía Civil de Río de Janeiro aún no ha confirmado que se trata de un crimen relacionado con el ejercicio del periodismo.
En más de una década de monitoreo de violaciones a la libertad de expresión y agresiones a periodistas, Abert solo ha dejado de reportar casos de homicidio en 2019 y 2021.
El informe registra 137 casos de violencia no letal contra 212 profesionales de los medios de comunicación y vehículos – lo que significa decir que, en 2022, la prensa sufrió algún tipo de ataque cada dos días en Brasil –.
A diferencia de 2021, cuando las ofensas lideraron los registros, esta vez la agresión física encabezó la lista de violaciones al trabajo periodístico. Fueron 47 casos contra 34 del año anterior, un aumento significativo del 38,2%. El número de víctimas también aumentó de 61 a 74, lo que supone un incremento del 21,3%. Casi el 64% de los casos de agresión física se produjeron en las regiones Sureste y Sur.
Considerando el total de casos clasificados como violencia no letal, el número de denuncias fue un 5,5% menor que en 2021, con un 7,8% menos de víctimas. Además de los ya mencionados sucesos de agresión física, las denuncias incluyen ofensas, intimidación, amenazas, ataques/vandalismo, acoso sexual, insultos, atentados, censura, secuestro y robo/hurto.
Agencia Brasil