Se estima que alrededor del 95% de los jóvenes de 13 a 17 años utilizan las redes sociales, y se ha descubierto que aquellos que dedican más de tres horas diarias a estas plataformas tienen el doble de probabilidades de experimentar depresión y ansiedad. Además, se ha observado que las redes sociales pueden generar una estimulación excesiva en el cerebro, similar a las adicciones, así como también ocasionar dificultades relacionadas con el sueño y la capacidad de atención.

Murthy señaló que los cerebros de los jóvenes son particularmente susceptibles a los efectos negativos de la presión de grupo y la constante comparación con otros. Recientemente, los legisladores estadounidenses han aprobado una serie de proyectos de ley para abordar la explotación sexual infantil en línea.

Además, se están debatiendo otras medidas relacionadas con el consentimiento de los padres, los procesos de verificación de edad y otros procedimientos de seguridad. Murthy y otros expertos en salud reconocen a su vez que las redes sociales pueden ayudar a los jóvenes que se sienten aislados o marginados a establecer vínculos con una comunidad más amplia y acceder a recursos de salud mental.

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