Por tercer día consecutivo, gran parte de Estados Unidos y Canadá amaneció este jueves con el cielo brumoso y bajo alertas sobre la calidad del aire debido al denso humo proveniente de los incendios forestales en Canadá, que continúa cubriendo una amplia zona que se extiende desde Kansas, en el oeste, hasta las Carolinas, en el sur. El cielo de Nueva York adquirió este miércoles una tonalidad naranja inusual y la ciudad registró el peor índice de calidad del aire de su historia. La gobernadora Kathy Hochul calificó la situación como “una crisis de emergencia”.
“[Esta situación] tiene consecuencias inmediatas en la salud de las personas, como irritación en los ojos y en la nariz, tos e, incluso, dificultad para respirar. Por tanto, reiteramos la recomendación de permanecer en espacios cerrados”, dijo la Gobernadora Kathy Hochul.
Este jueves, algunas escuelas de Nueva Jersey y Nueva York cerraron sus puertas, y los servicios de emergencia de los hospitales reportaron un aumento en la cantidad de pacientes que ingresaron con dificultades respiratorias. Además, diversos aeropuertos del noreste de Estados Unidos han suspendido sus vuelos debido a los niveles de humo perjudiciales para la salud que también están afectando a ciudades como Filadelfia y Washington D.C. Se anticipa que una porción significativa de la concentración de humo se desplazará fuera del noreste del país este viernes, aunque las condiciones en esa zona podrían seguir siendo peligrosas durante parte del fin de semana. Los expertos en salud recomiendan a las personas que necesiten estar al aire libre que utilicen, en la medida de lo posible, una mascarilla N95 para filtrar las partículas más finas y perjudiciales del humo. Los meteorólogos pronostican que el humo se desplazará este jueves hacia el sur y el oeste del país. Mientras tanto, un grupo de activistas ha pedido al presidente Biden que declare una emergencia climática. Los científicos afirman que es probable que se produzcan más eventos como este, ya que los incendios forestales han aumentado debido a las sequías y las altas temperaturas inducidas por el cambio climático.
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