El Presidente Alexander Lukashenko, dijo que “tenemos misiles y bombas que hemos recibido de Rusia, que son tres veces más potentes que los que se utilizaron en Hiroshima y Nagasaki. Allí murieron 250.000 personas en total, 80.000 de ellas de manera instantánea. Eso ocurrió por un solo ataque. Y [estos armamentos] son tres veces más poderosos. No sé. Hasta un millón de personas morirían de inmediato si, Dios no lo quiera, se utilizara este armamento”.
La líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Sviatlana Tsikhanouskaya, instó a los líderes mundiales a responder a este primer despliegue de armas nucleares tácticas que Rusia realiza fuera de sus fronteras desde el colapso de la Unión Soviética en 1991. Tsikhanouskaya escribió en redes sociales: “Esto supone una grave amenaza para la seguridad regional y nos sitúa en el peligroso camino de una escalada nuclear. El mundo debe mostrarles a Lukashenko y Putin que no está dispuesto a ceder al chantaje nuclear”.
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