Con Brasil a la cabeza, Sudamérica fue la subregión que lideró el alza.
El crecimiento de la demanda de productos básicos y minerales esenciales en 2022 impulsó un aumento de la inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe, que llegó a un récord de 208.000 millones de dólares, un 51% más que el año anterior, reveló este miércoles la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Según el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2023 de la UNCTAD, el incremento contrastó con la tendencia global, que marcó una disminución del 12%, o 1,3 billones de dólares.
En el Caribe, la República Dominicana lideró la entrada de flujos con 4000 millones de dólares.
Sudamérica fue la subregión que encabezó el aumento de la inversión extranjera directa con un 73% más que en 2021.
La UNCTAD explicó que en el último lustro las agrupaciones económicas regionales atrajeron flujos en consonancia con la tendencia general de América Latina y el Caribe.
Los flujos aumentaron hacia los Estados miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración (34%, hasta 195.000 millones de dólares), el Mercado Común del Sur (35%, hasta 105.000 millones de dólares) y los Estados miembros de la Comunidad del Caribe (el doble, hasta 6500 millones de dólares).
En tanto, esas entradas descendieron un 11% hacia los Estados miembros del Sistema de la Integración Centroamericana, hasta 13.000 millones de dólares.
En 2022, la proporción de anuncios de proyectos en nuevas instalaciones intrarregionales siguió siendo relativamente pequeña, 11% de todos los proyectos de la región, pero aún superior a la de 2017, cuando fue del 8% del total.
El informe señala que las empresas multinacionales de América Latina y el Caribe tenían el 62% del valor de sus proyectos de inversión en nuevas plantas en la región.
Las fusiones y adquisiciones transfronterizas aumentaron un 80%, hasta alcanzar los 15.000 millones de dólares. El sector manufacturero registró el mayor aumento de las ventas netas, sobre todo en alimentación, bebidas y tabaco, productos químicos, papel y productos de papel.
Sin embargo, el sector servicios continuó siendo el más importante, con ventas netas por valor de 9600 millones de dólares, principalmente en información y comunicación.
El valor de las inversiones anunciadas en nuevas instalaciones aumentó un 57%, destinándose la mayoría de los compromisos a las industrias extractivas y automovilísticas.
El número de operaciones anunciadas de financiamiento de proyectos internacionales descendió un 18%, principalmente en los sectores de la minería, las infraestructuras de transporte, el petróleo y el gas.