Los manifestantes fueron golpeados, arrojados al suelo y aplastados por los efectivos. Facundo Molares terminó muerto. El masivo repudio de organizaciones políticas, sociales, sindicales y de derechos humanos contrastó con las justificaciones de referentes de Juntos por el Cambio y la ultraderecha, que respaldaron el operativo policial.
La brutal represión desatada por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires terminó con la muerte de un manifestante en pleno Obelisco porteño.
La infantería se lanzó a la caza de un grupo de personas que participaba de una asamblea de las organizaciones MTR, Votamos Luchar y Rebelión Popular. Varios de ellos fueron arrastrados y “golpeados a patadas” por efectivos policiales, quienes los mantuvieron tirados en el piso, boca abajo y mientras presionaban sus cabezas arrodillados sobre ellos.
Página 12