Viernes, 08 Marzo 2024 10:21

Una mujer inmensa

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Paula Pareto durante una pelea en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.  

Las nuevas generaciones tienen un manejo de la frustración pésimo. Ganar o perder son posibilidades, ahora frustrarte está en vos.

¿Quién pensaría que es posible estudiar medicina mientras se compite en la más alta competición internacional? Paula Pareto fue la primera mujer argentina en ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, y lo que consiguió mientras se graduaba como doctora y traumatóloga.

Conocida mundialmente como la peque, apodo que recibe cariñosamente por su baja estatura, Paula Pareto se convirtió en una leyenda, en un emblema del deporte y de la pasión por su disciplina, a la cual visibilizó, cautivando a otras chicas que se animaron a seguirla.

Sin embargo, no es solo el podio lo que la transformó en una mujer gigante sino su grandeza para difundir valores e inspirar a la juventud, enseñándoles la importancia de la educación, la perseverancia y el esfuerzo para alcanzar una meta.

¿Quién pensaría que era posible graduarse en medicina mientras se compite en los Juegos Olímpicos? Paula lo creyó y lo logró. En el Día Internacional de la Mujer compartimos su testimonio, muy valioso para entender qué es ser una mujer con capacidad para dejar un legado y convertirse en una referente de la valentía y la motivación.

El judo, ¿un deporte para varones?

Paula comenzó a tomar clases en el arte marcial que la hizo mundialmente famosa a los nueve años, en San Fernando, provincia de Buenos Aires, donde hoy aún vive.

“Mi papá decidió llevarnos a mi hermano y a mí a la escuelita de judo para que aprendiéramos a defendernos. Yo dije esto está bueno, siempre fui un poco vergonzosa y era la oportunidad de empezar una actividad acompañada. Yo ya tenía una base de gimnasia deportiva, que me ayudó mucho, hizo que no me pareciera tan difícil. Así arranque”, recuerda.

Paula era la única niña en el grupo y no faltaba quien le dijera a ella o a sus padres, que ese es un deporte de hombres.

“Por eso siempre destaco a mi familia, porque la respuesta de ellos siempre fue: El judo es un deporte, y cada persona elije el deporte que más le gusta. Hasta el día de hoy agradezco ese apoyo”, comenta.