El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva está proponiendo una estrategia a nivel internacional para hacer frente al crecimiento de los movimientos de extrema derecha en todo el mundo. La visión de Lula implica la convocatoria de una reunión de "líderes democráticos" en un evento paralelo a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), programada para septiembre en Nueva York.
Durante un encuentro con periodistas en el Palacio de Planalto, Lula destacó la urgencia de este momento histórico: "Estamos ingresando en una nueva era, donde los sectores progresistas y democráticos deben unirse y prepararse". Además, mencionó haber discutido esta propuesta con los presidentes de España, Pedro Sánchez, y de Francia, Emmanuel Macron.
Lula hizo referencia a casos de violencia e intolerancia en Brasil, señalando que un odio arraigado que antes no estaba presente en el país, ahora se ha vuelto común. Además, destacó que fenómenos similares están ocurriendo en naciones europeas y en los Estados Unidos, una nación que alguna vez fue considerada "el espejo más fantástico de la democracia".
El mandatario brasileño destacó que actualmente cientos de personas están bajo arresto en Estados Unidos por su participación en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. En ese día, seguidores de Donald Trump irrumpieron en la sede legislativa con la intención de revertir la derrota electoral del expresidente.
"La afrenta a la democracia que presenciamos no puede ser tolerada; negar la validez de las instituciones es inadmisible. Aunque imperfectas, las instituciones son fundamentales para preservar la democracia y es crucial que permanezcan fuertes. Por eso, Estados Unidos, que solía ser un modelo de respeto hacia la democracia e instituciones, se encuentra en la situación en la que está", declaró el presidente.
"Hace unas décadas, la mayoría de los gobiernos en Sudamérica estaban comprometidos con la izquierda y la idea de un Estado socialmente justo", afirmó. Sin embargo, agregó, al observar la situación actual en la región "se evidencia un retroceso debido al ascenso de la extrema derecha, el aumento de la xenofobia, el racismo, la persecución a minorías y una agenda conservadora que en ocasiones promueve ideas retrógradas. Todo esto se ha arraigado en la región, y es por esa razón que Brasil se destaca".
"Según tengo entendido, soy considerado persona non grata por la extrema derecha en todo el mundo", señaló. "Existe una gran expectativa tanto en Brasil como en el simbolismo del resurgimiento de la democracia en este país", agregó, resaltando su participación en diversos foros internacionales desde el inicio de su tercer mandato.
Agencia Brasil