"Uno de los problemas que tenemos en Chile es que nos falta cohesión social y para que haya más cohesión social se requiere tiempo", indicó el mandatario en un acto en el Hospital del Trabajador, en Santiago, y agregó que "se tiene que poner en el centro el derecho de las personas a compartir, a que no se vive para trabajar, se trabaja para vivir".
En la última semana de abril, comenzó a aplicarse la primera etapa de la ley que reduce de 45 a 40 horas la jornada laboral, una iniciativa aprobada en 2023 en el Parlamento y que convierte a Chile en el segundo país de la región -tras Ecuador- en fijar la jornada en 40 horas semanales.
La medida se adaptará de manera gradual en un plazo máximo de hasta cinco años, por lo que quedará completamente aplicada para 2029: quienes trabajen pasarán de una jornada de 45 a 44 horas el primer año de publicada la ley, 42 al tercer año y 40 al quinto.
"Tener una hora más a la semana para compartir y en un futuro próximo 4 horas más a la semana para poder compartir con la familia, salir al parque, recuperar los espacios públicos (...) es tremendamente importante también en el tipo de sociedad que construimos", subrayó Boric.
La reducción de la jornada laboral -añadió Boric- "no es solamente un debate económico, es la cohesión social que necesitamos para poder construir un mejor país".
En contra de lo pronosticado, Chile esquivó la contracción en 2023 y cerró con un crecimiento del 0,2 %. El Banco Central chileno elevó su previsión para 2024, fijándola en un rango de entre el 2 % y el 3 %.
DW