El marco para el inicio de las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia no es precisamente pomposo. Sin embargo, aquí se está escribiendo historia. La Unión Europea no había preparado e iniciado nunca negociaciones de adhesión con un país atacado, en guerra, tan grande y tan pobre, y en tan poco tiempo, como con Ucrania. La pequeña Moldavia siguió sus pasos a la sombra, porque vive bajo la constante amenaza rusa.
La secretaria de Estado para Europa del Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, Anna Lührmann, calificó el día de histórico. "Este es un buen día porque honramos el hecho de que ambos países han hecho enormes esfuerzos de reformas a pesar de las circunstancias tan difíciles", afirmó. "Un momento de orgullo para ambas naciones, un paso estratégico para la UE", añadió. El presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, elogió el inicio de las negociaciones.
Hace sólo dos años, Ucrania (38 millones de habitantes) y la vecina Moldavia (2,5 millones) presentaron sus solicitudes, después de que Rusia atacara Ucrania. Con la ayuda de la Comisión de la UE, se tomaron medidas políticas y técnicas necesarias con mucha más rapidez que incluso con algunos de los seis Estados de los Balcanes Occidentales. El índice de aprobación de la población de Ucrania para pertenecer a la la UE supera el 90 por ciento.
En Moldavia hay un gobierno estable y favorable a Europa, pero no siempre ha sido así. Moldavia tiene una minoría relativamente grande de habla rusa y cercana a Rusia. Tampoco está claro cómo los negociadores de la UE deben tratar la región moldava de Transnistria, gobernada por separatistas prorrusos, que forma parte de Moldavia, según el derecho internacional.
DW