Entre enero y septiembre de 2024, Brasil registró la quema de 22,38 millones de hectáreas debido a focos de incendio, según el informe "Monitor do Fogo" publicado este viernes (11) por MapBiomas. Solo en septiembre, el fuego arrasó con 10,65 millones de hectáreas, casi la mitad de toda la superficie afectada en los primeros ocho meses del año.
Este total representa un aumento del 150% en comparación con el mismo período de 2023, cuando el fuego destruyó 8,98 millones de hectáreas. El 73% de las áreas quemadas corresponde a vegetación autóctona, principalmente formaciones forestales, mientras que las tierras agrícolas sufrieron el 20,5% de los daños.
Los estados de Mato Grosso, Pará y Tocantins concentraron más de la mitad del área quemada, con 5,5 millones, 4,6 millones y 2,6 millones de hectáreas afectadas respectivamente. El municipio de São Félix do Xingu, en Pará, fue el más afectado, seguido por Corumbá, en Mato Grosso do Sul.
Amazonia
De todos los biomas brasileños, la Amazonia fue el más perjudicado, representando el 51% del total de los daños ocasionados por incendios en los primeros nueve meses del año. Durante ese periodo, se quemaron 11,3 millones de hectáreas en la región.
Ane Alencar, directora científica del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM) y coordinadora de MapBiomas Fogo, señaló que la crisis de incendios en la Amazonia en 2024 se ha visto agravada por una sequía más severa, intensificada por el cambio climático. "Esto se refleja en las cifras de septiembre, donde la mitad de la superficie quemada en la región afectó formaciones forestales", afirmó.
En septiembre, el bioma amazónico fue el más afectado del país, con 5,5 millones de hectáreas quemadas, de las cuales 2,8 millones correspondían a formaciones forestales. Entre las áreas transformadas por el ser humano, los pastizales fueron los más dañados, con 1,8 millones de hectáreas afectadas.
Cerrado
En los primeros nueve meses de 2024, el Cerrado registró la quema de 8,4 millones de hectáreas, de las cuales 4,3 millones ardieron en septiembre, el mayor área afectada en un mes de septiembre en los últimos cinco años.
"Septiembre marca el pico de la sequía en el Cerrado, lo que agrava aún más el impacto del fuego. Con la vegetación extremadamente seca y vulnerable, el fuego se propaga rápidamente, afectando incluso la calidad del aire en ciudades cercanas", explicó Vera Arruda, investigadora del IPAM y coordinadora técnica del Monitor do Fogo.
Pantanal
El Pantanal fue el bioma que registró el mayor incremento en superficie quemada en los primeros nueve meses del año, con un aumento del 2.306% en comparación con el promedio de los últimos cinco años. En 2024, el fuego consumió 1,5 millones de hectáreas en la región, de las cuales 318.000 hectáreas se quemaron en septiembre, con el 92% de la vegetación afectada siendo nativa.
Otros biomas
De todo el territorio afectado por el fuego, la Mata Atlántica quemó 896.000 hectáreas, la mayoría de las cuales, el 71%, eran tierras agrícolas. La Caatinga y la Pampa, en cambio, vieron reducida la superficie afectada por los incendios de enero a septiembre de 2024, con 151.000 hectáreas y 3.100 hectáreas afectadas, respectivamente.
Agencia Brasil