Viernes, 06 Diciembre 2024 11:44

La guerra contra las drogas ha fracasado

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Tras décadas de luchas a través de la prohibición y el castigo, es hora de cambiar la estrategia, con un enfoque en la ayuda y el acceso inclusivo a la atención médica voluntaria y a otros servicios sociales.  

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha hecho un llamamiento a los líderes y actores internacionales para que se replanteen radicalmente la política mundial sobre drogas, afirmando que el enfoque de la «guerra contra las drogas», que ha durado décadas, ha «destruido innumerables vidas y dañado comunidades enteras».

En su intervención en la segunda conferencia sobre drogas Dealing with Drugs, celebrada el jueves en Varsovia, Volker Türk subrayó la urgente necesidad de adoptar un enfoque de la regulación de las drogas basado en los derechos humanos, señalando las cifras récord de muertes relacionadas con las drogas y el aumento de los trastornos por consumo.

La conferencia, que se basó en la reunión de enero sobre la misma materia, organizada por el alcalde de Ámsterdam, reunió a líderes y expertos de toda Europa y del mundo para compartir buenas prácticas y conocimientos.

«La penalización y la prohibición no han conseguido reducir el consumo de drogas ni disuadir la delincuencia relacionada con ellas. Estas políticas sencillamente no funcionan, y estamos fallando a algunos de los grupos más vulnerables de nuestras sociedades».

El discurso del Alto Comisionado se produce en medio de un aumento de la producción y distribución de drogas ilícitas.

En Afganistán, a pesar de la prohibición talibán de 2022, que inicialmente redujo el cultivo de opio en un 95%, en 2024 se produjo un resurgimiento del 19% impulsado por las dificultades económicas y el aumento de los precios.

Mientras tanto, norteamérica se enfrenta a una crisis de fentanilo sin precedentes, con drogas sintéticas que se cobran vidas a un ritmo alarmante en Estados Unidos y partes de Asia y África.

Türk subrayó la necesidad de un cambio radical de enfoque que dé prioridad a la salud, la dignidad y la inclusión.

«En lugar de medidas punitivas, necesitamos políticas de drogas sensibles al género y basadas en pruebas, fundamentadas en la salud pública», instó Türk. También pidió «un acceso inclusivo a la atención médica voluntaria y a otros servicios sociales», haciendo hincapié en que las medidas de reducción de daños son esenciales para prevenir las muertes por sobredosis de drogas.

Un elemento clave de la reforma, declaró Türk, es la despenalización. «Tenemos que empezar a tratar a la persona, no a castigar el trastorno por consumo de drogas», abogando por un apoyo a la reinserción social que acompañe a los cambios políticos.

El Alto Comisionado señaló pruebas claras que apoyan este enfoque: «Centrarse en la inclusión y la educación en lugar del encarcelamiento significa que el consumo de drogas disminuye. Optar por la reinserción social en lugar de la estigmatización significa que disminuyen las infecciones relacionadas con las drogas».

En el centro del desarrollo de políticas, Türk subrayó la importancia de centrarse en las personas más afectadas por las actuales políticas de drogas.

«Históricamente, las personas que consumen drogas han sido marginadas, criminalizadas, discriminadas y dejadas de lado, a menudo despojadas de su dignidad y sus derechos», señaló.

«Estamos abocados al fracaso si no garantizamos su participación real en la formulación y aplicación de la política de drogas», añadió.

Para el responsable de velar por el respeto de los derechos humanos en el mundo, conclusión basada en la observación de la lucha contra el narcotráfico de los últimos varias décadas es contundente: «la llamada guerra contra las drogas ha fracasado, total y absolutamente», dijo Türk, que aseguró que dar prioridad a las personas frente al castigo significa salvar más vidas.