El fiscal Taiano pedirá testimonios y analizará los vínculos e interacciones personales y telefónicas entre los involucrados.

Pasadas las 19.01 del 14 de febrero, cuando Javier Milei hizo su ya famoso tuit en el que promovía $LIBRA, en el mundo cripto había quienes dudaban de su veracidad y creían que podía haber una estafa oculta a través de un hackeo. Generaba suspicacias la página "Vivalalibertadproyect" a la que remitía el posteo, que tenía una dirección de correo de gmail y que había sido creada unas horas antes. Martín Romeo, un especialista en criptomonedas, se contactó con Bloomberg (conocido sitio sobre economía, finanzas y tecnología) y le comentaron algo que hicieron público cerca de las 19.40: el propio presidente les había enviado un mensaje para confirmar que era él y que el proyecto existía. "Es puro financiamiento para el sector privado, por eso está el contrato", dijo por Whatsapp. En efecto, el posteo --que dejó fijado cuatro horas-- tenía un link para registrarse. Romeo es uno de los miles que confiaron en aquella confirmación, que implicaba que la criptomoneda tenía el respaldo de Milei. Invirtió, también lo hicieron otros a quienes asesora, y terminaron perdiendo casi todo. El mandatario borró la publicación y, contra lo que había informado, la reemplazó por otra que decía que no estaba "interiorizado".

Romeo confesó en entrevistas recientes que fue simpatizante de Milei, pero que esta situación cambió su apreciación y lo decepcionó. La semana pasada le pidió a la jueza María Servini que lo acepte como querellante después de presentarle las evidencias del recorrido de su operación, que hizo con fondos "blancos" que vinculó a su CUIL. La magistrada le requirió, además, que le muestre cómo esos fondos que había invertido drenaron hacia otras billeteras virtuales desde donde fueron retirados.

Página 12