El Secretario General de la ONU expresó su tristeza por la muerte del expresidente José Mujica, fallecido este martes a los 89 años tras luchar contra un cáncer de esófago.
Conocido como Pepe Mujica, fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015.
“Mis más sinceras condolencias para su familia, el Gobierno y el pueblo de Uruguay”, dijo António Guterres en un comunicado.
Coincidiendo con numerosas voces de toda América Latina, el titular de la ONU dijo que Mujica será recordado no solo por su “firme compromiso” con la justicia social, la igualdad y la solidaridad, sino también por la forma “profundamente humana en la que encarnó esos valores”.
“Lideró con humildad, eligiendo la simplicidad sobre el privilegio, y nos recordó, tanto con sus palabras como con su ejemplo, que el poder debe ejercerse con responsabilidad y compasión”, señaló.
Guterres también se refirió al exmandatario uruguayo como “un firme defensor” del diálogo y el multilateralismo, personificando los valores fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y aportando su autoridad moral a la causa de la paz y los derechos humanos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se unió al luto y destacó el legado de Pepe Mujica “en defensa del trabajo decente y la justicia social”.
La agencia de la ONU destacó que José Mujica representara los valores “más esenciales” del diálogo social y de la democracia a lo largo de su trayectoria, promoviendo un modelo de desarrollo centrado en las personas.
Para la OIT, su cercanía con los trabajadores y trabajadoras, su compromiso con la equidad y su visión humanista lo convirtieron en una voz coherente, crítica y profundamente comprometida con los principios que inspiran a la Organización desde su fundación en 1919.
“El resultado del trabajo y cómo se distribuye el fruto del trabajo es la política social más importante que puede tener un país. No es la única, pero es la madre de todas las políticas sociales”, declaró Mujica en su visita la OIT en Santiago de Chile en 2017.
En esa ocasión, Mujica ofreció sus reflexiones acerca del futuro del trabajo, advirtiendo sobre los desafíos de una economía global “sin conducción política”. También llamó a reforzar las instituciones multilaterales para enfrentar las contradicciones de un modelo (de automatización) que “puede sustituir al hombre, pero no puede sustituir su dignidad”.
Asimismo, la Oficina Regional de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para el Sur de América Latina se refirió al exmandatario como “un incansable defensor de los derechos y la dignidad de las personas refugiadas” y transmitió sus condolencias a su familia, amigos, compañeros y a la sociedad uruguaya en su conjunto.
En calidad de presidente de Uruguay, Pepe Mujica intervino en el Debate de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2013.
En su discurso, el exmandatario denunció que la ONU fuese bloqueada por parte de grandes naciones para “retener el poder” y abogó por “un gobierno para la humanidad que supere el individualismo” y que acudiera a la ciencia y no sólo a los “intereses inmediatos”.
Fiel a su simplicidad y carácter austero, Mujica advirtió sobre la existencia de un “dios Mercado” que organizaba la economía, la política, los hábitos y la vida.
“Hasta nos financia en cuotas y tarjetas la apariencia de felicidad. Parecería que hemos nacido sólo para consumir y consumir; y cuando no podemos, cargamos con la frustración, la pobreza y la autoexclusión”, dijo, añadiendo que, si la humanidad total aspiraba a vivir como un norteamericano medio, serían necesarios tres Planetas.
Mujica advirtió que una cultura basada en la acumulación, el derroche y el despilfarro constituía “una cuenta regresiva contra la naturaleza y contra la humanidad como futuro” y en sacrificio del tiempo necesario para las relaciones humanas, el amor, la amistad, la aventura, la solidaridad y la familia.
“La codicia que tanto empujó al progreso material, técnico y científico, paradójicamente nos precipita a un abismo brumoso”, concluyó en aquella ocasión.