Aseguró que al inicio de las clases, en marzo, regirán los nuevos planes curriculares de la educación y que los docentes accedieron a mejores condiciones en la elección de horas, mayores posibilidades de ascender e incremento salarial.
“Hay un trabajo desarrollado de forma muy profesional. Quiero reconocer a los cientos de docentes que trabajaron muchísimo en 2022 para hacer posible que a partir de marzo comience la transformación curricular”, destacó el presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva, en diálogo con Comunicación Presidencial.
Precisó que esa transformación implica el qué y el para qué enseñamos, unidos al cómo lo hacemos. Agregó que esto incluye el plan, los programas de estudio, el contenido y las metodologías de aprendizaje. “Teníamos un sistema absolutamente fragmentado, carente de articulación y coordinación entre Primaria, Secundaria y UTU. Eso ha terminado”, afirmó.
Remarcó que se trata de un plan de educación básica integrada, cuyo centro es el estudiante de entre 3 y 15 años, con un componente fuerte de alfabetización para el aprendizaje de lengua y matemática. El objetivo es que los alumnos manejen la compresión lectora, estén motivados. Se incorpora nuevas estrategias y talleres vinculados a la salud y la sexualidad, ciencias de la computación en programación y robótica, ciencias del ambiente y arte. Todo ello comprende desde educación inicial hasta séptimo, octavo y noveno grados de educación media, explicó Silva.
Silva manifestó que las nuevas metodologías deben trascender al docente que se para frente a una clase y repite conocimientos y al estudiante que los registra y luego los reitera en el escrito o la prueba mensual. En ese sentido, consideró que se debe procurar trabajos por proyectos y la resolución de problemas que los propios estudiantes aporten al debate en su proceso de aprendizaje, apostar a la confrontación de posiciones para generar pensamiento crítico, científico y creativo. Añadió que eso es lo que significa el cambio sustantivo que se desarrolla en educación inicial, básica y media básica del país.
La nueva educación se inicia en marzo, será continua e incorporará una fuerte formación en docencia en 2023, afirmó.
A su vez, se están conformando equipos para reformar los bachilleratos de Secundaria y UTU, instancia que incluirá la participación popular, como sucedió en la primera fase de la transformación. Aclaró que esos cursos fueron planificados y diseñados en 1976, por lo que se requiere una discusión para adecuarlos, como en la educación básica integrada.
Enfatizó en que no se afecta derechos de los docentes en cuanto a carga horaria ni conlleva la desaparición de asignaturas, que hay total disposición al diálogo y el entendimiento a partir de propuestas alternativas y que “la transformación educativa vino para quedarse”.
Silva recordó que las clases en educación inicial, para los niveles de 3, 4 y 5 años, comienzan el lunes 6 de marzo, al igual que las de primaria de 1.° a 6.° años y las de media básica de 7.° a 9.°. En tanto, el martes 7 comienzan las de bachillerato, para 4.°, 5.° y 6.° de secundaria y 1.°, 2.° y 3.° de UTU. Agregó que en febrero habrá salas docentes, preparaciones, exámenes, tutorías y acompañamiento a estudiantes.
Afirmó que en Secundaria los profesores accedieron a mejores condiciones para elegir horas, de modo virtual por primera vez en todo el país, y valoró que, también por primera vez, en seis departamentos los docentes efectivos de Secundaria y UTU lo hicieran por un período de tres años, “un largo anhelo y reclamo”.