PLÁSTICA – Los exilios de Linda Kohen

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PLÁSTICA – Los exilios de Linda Kohen Foto: Museo Figari.

La pintura de Linda Kohen no ofrece distracciones. Sus imágenes comprenden una fuerza y una energía nacida del despojamiento con que plantea su decurso pictórico. 

En la exposición que se inauguró recientemente en el Museo Juan Manuel Blanes, en el marco de los cincuenta años del golpe de estado de 1973, la palabra Exilios -ese es el nombre de la muestra- está presente en un abanico de situaciones que llevan implícito el desgarro, la soledad, el aislamiento, en suma; la pérdida que significa esa palabra.

La artista Linda Kohen sabe de exilios. Desde su adolescencia alejándose de la Italia de Mussolini y el racismo que perseguía a los judíos, hasta el que debió padecer en su país de elección, en los años setenta, cuando Uruguay se convirtió en una cárcel a cielo abierto, han dejado en ella las huellas y las cicatrices de un derrotero signado por lo perdido, lo no dicho, las valijas llenas y vacías de un lado a otro de una geografía accidentada.

Linda Kohen nació en Milán, Italia, en 1924. En 1940 ella y su familia llegan a Montevideo. Poco tiempo después, estudia dibujo con Pierre Fossey y con Eduardo Vernazza pintura y dibujo. En 1946 se casa con Rafael Kohen, de quien toma el apellido. El matrimonio se instala en Buenos

Aires. Allí estudia con el pintor Horacio Butler. En 1949, ya en Montevideo, ingresa al Taller Torres García. Recibe clases con Julio Alpuy, Augusto Torres y José Gurvich. En 1979 se exilia en Brasil, en San Pablo. Allí continuará con exposiciones y presentaciones individuales. En nuestro país, ha expuesto en forma individual en varios museos y galerías. En el año 2021 recibió el Premio Figari a su trayectoria.

La exposición Exilios está dividida en capítulos: espacios, mesas vacías, fuerzas de seguridad, valijas y bolsos, partidas, destinos inciertos, y camas vacías. Seguramente ese espacio donde hubo vida, fuerza y pujanza, no es el tema de los cuadros de Kohen. Tampoco sus imágenes son las del abatimiento. Sus cuadros son despojados de todo aquello que nos puede resultar vital, agradable, y donde queda solo el silencio. En sus trazos suaves y por momentos difusos, la ausencia de

detalles, incluso de sombras en muchos, nos acercan a lo sustancial, a lo importante, separado de todo detalle que nos pueda llevar a distraer nuestra atención de las fuerzas en pugna que aparecen en su pintura.

Es singular en las pinturas que refieren a las fuerzas de seguridad, el enfrentamiento silencioso, la represión, la imposición, en donde no aparece una pizca de violencia, pero si de opresión. O en camas vacías, la prolongación más allá del marco pictórico que un trozo blanco de tela

incrementa la vaciedad de una cama esbozada desde la blancura casi inexistente del color.

La directora del Museo Juan Manuel Blanes, Cristina Bausero, afirma en el catálogo que acompaña la exposición que, "el lenguaje despojado de las figuras humanas, y de los objetos apenas muestra su volumetría, la insinúa, ubicando a la artista en un lugar particular lejos del planismo, del que quizás es hija, y fuera de un figurativismo formal".

Linda Kohen, que está muy próxima a celebrar su centenario, estuvo presente en la inauguración y conversó animadamente con el público celebrando este acontecimiento para el arte uruguayo.

La exposición Exilios de Linda Kohen se presenta en el Museo Juan Manuel Blanes, en la avenida Millán 4015, con entrada libre.

Daniel Rovira Alhers

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