Alicia Lusiardo, al frente del equipo de antropólogos forenses que trabajan en la búsqueda de detenidos desaparecidos, habló sobre el trabajo que realizaron en el caso de Amelia Sanjurjo.
El equipo de antropólogos continúa trabajando en el Batallón 14, donde utilizan dos retroexcavadoras, dos equipos de antropólogos. En marzo terminaron tareas en la chacra de Pando y ese equipo prepara un nuevo ingreso que están por definir en predios que no son militares, sino privados.
Sostuvo que lo más complejo en este caso en particular fue la identificación de los restos. “Ha requerido de lo multidisciplinario, ha requerido de la técnica, que permita enfrentar una comparación que no tenía los mejores materiales al inicio y que se tuvo que ir construyendo en el lapso de todo este año”, afirmó Lusiardo.
Una hermana de Sanjurjo, ya fallecida, había donado su muestra de sangre para la base de datos, pero la coincidencia no fue estadísticamente significativa. Luego pudieron ubicar a otros familiares vivos y se requirió de varias muestras distintas para llegar a la confirmación.
El Batallón 14 se excava desde el año 2005, en distintas instancias.
Al equipo le llamó la atención que el hallazgo de Amelia se produjo a “muy poca profundidad”. “Con la peculiaridad que eran los restos de una mujer y que estaba desnuda y boca abajo, ”, señaló la antropóloga.
“El hallazgo de cal junto con los restos, que ha sido una constante en el gobierno uruguayo, termina siendo beneficioso porque preserva el material genético que tienen los huesos. A la hora de extraer un perfil, se pueden lograr mejores resultados”, explicó.
En el Sitio de Memoria se señala que Amelia estaba embarazada. En los restos encontrados en el Batallón no se pudo comprobar, pero la antropóloga explicó que sería un embarazo muy reciente y que “no hay osificación de los elementos que componen el esqueleto”, agregó.
Los restos encontrados hasta el momento son seis. De estos, Lusiardo trabajó en cuatro. “El hallazgo es la constatación de que los cuerpos están y que lo difícil es encontrarlos por la falta de información. Lo novedoso fue la dificultad para identificar, que ahora se pudo subsanar después de un año. Pero la identificación y el hallazgo son motores para seguir trabajando”, afirmó.
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