Pero la tendencia es que caiga en desuso, perdiendo espacio ante el uso de la Inteligencia Artificial (IA) que, al parecer, promete transformar por completo lo que hoy entendemos como gestión de redes.
Una de las debilidades de los protocolos heredados es precisamente que ven los elementos de la red de forma individual, sin contexto. Es como si viera el árbol, pero no el bosque. Esto significa que es capaz de identificar una falla y generar un ticket para su corrección, pero incluso con un seguimiento de un analista dedicado, las soluciones basadas en SNMP no pueden verificar, las 24 horas por los 7 días de la semana, si estos tickets son recurrentes y qué hacer para eliminarlos.
Y la revolución está ahí. El uso de la IA permite que las soluciones de monitoreo de red tomen decisiones basadas en patrones y correlacionen eventos. Volviendo al ejemplo: ve los árboles y el bosque y esto genera una serie de nuevas posibilidades. Utilizando filtros que analizan la correlación de eventos, las soluciones basadas en IA recopilan información y crean resúmenes que permiten a los analistas definir la relevancia de lo que allí se muestra. Y eso no es poca cosa. Recopilar esta información es costoso de obtener y lo que hemos visto es la provisión de datos, en días, que antes habría llevado meses obtener mediante análisis manual, y esto con una tasa de error significativamente menor.
En la práctica, lo que hemos observado son soluciones que se apoyan en una capa de IA capaz de recibir un volumen absurdo de datos, analizar los patrones contenidos en ellos y proporcionar a los analistas -que aún son necesarios- la información que necesitan para tomar decisiones en relación con ese estándar. Es así como estas soluciones han permitido corregir fallas y restablecer las redes de una manera más ágil, reduciendo a menudo el trabajo de días a minutos.
Esto es posible porque, con el uso de SNMP, cuando había un problema de seguridad, cada miembro del equipo tenía que analizar un componente. A veces, todos tenían que encerrarse en una sala de guerra para analizar lo que estaba pasando. Con la IA, la estructura de la red está siempre bajo observación, e incluye la gestión del rendimiento. Esto significa también identificar una Internet lenta o una experiencia de usuario negativa.
Además del seguimiento, el uso de la IA también ha permitido la automatización de tareas. Un ejemplo: en el pasado, todos los equipos tenían que actualizarse manualmente, en un proceso propenso a errores. La automatización de tareas, por el contrario, permite el uso de un orquestador que utiliza patrones de configuración para cada tipo de uso o entorno, lo que significa más agilidad en la actualización y, una vez más, la eliminación de posibles errores humanos. Las ventajas son claras, pero el uso de soluciones que se apoyan en la IA forma parte de un viaje que, obviamente, pasa por actualizar los entornos de red con equipos que sean compatibles con los protocolos utilizados por estas soluciones. La buena noticia es que los equipos más recientes ya cuentan con el software necesario para hacer esta integración.
Un ejemplo es la solución Cisco Networking Cloud ofrecida por Logicalis en asociación con Cisco. Cuenta con dos herramientas: Meraki, dirigida a clientes que buscan soluciones en la nube; y el DNA/Catalyst Center, para aquellos que prefieren soluciones locales. Ambos actúan como el cerebro operativo de la infraestructura, centralizando las funciones que mencionamos anteriormente y utilizando recursos de IA para hacerlo. Y para aquellos que aún dudan de los beneficios que la IA puede aportar a la gestión de redes, algunos resultados obtenidos hasta el momento muestran qué esperar de su rendimiento:
Reducción del 67% en el tiempo de configuración de la red;
80% de mejora en la resolución de problemas;
Reducción del 48% en el impacto de las brechas de seguridad
Reducción del 61% en los costos operativos.
Está claro que la IA es un componente que ayudará mucho a la tarea de gestión de redes, al igual que está claro que esto requerirá un grado de madurez y conocimiento tanto por parte de la empresa como de los profesionales implicados, pero el momento no podría ser mejor. La tecnología aún está en pañales y lo peor ahora es ignorarla, porque el crecimiento llegará y será exponencial.
Allan Aparecido, especialista en Redes de Logicalis, y Wellington Assis, Arquitecto de Soluciones Técnicas de Redes Empresariales de Cisco.