“El proyecto Arazatí es importantísimo y fundamental. Lo que pasó el año pasado, y lo que pasó en marzo de este año indica que necesitamos una fuente secundaria de agua potable. El año pasado por la sequía y este año estuvimos a centímetros de que el agua (por la inundación) afectara la planta de Aguas Corrientes”, recordó Montero.
Se refirió así a la sequía histórica del año pasado, que acabó con la reserva de agua de Paso Severino y obligó a mezclar agua del río Santa Lucía con la del Río de la Plata, lo que llevó a elevar el nivel de sodio del agua potable que suministra OSE.
Este año lo que pasó fue que las inundaciones históricas en el centro y sur del país llegaron a la planta potabilizadora de Aguas Corrientes, y por poco no fue apagada, lo que hubiera significado suspender el suministro de agua potable a Montevideo y el área metropolitana.
El juez Recarey hizo lugar al reclamo judicial que presentaron organizaciones sociales para frenar el proyecto Arazatí, que implica la construcción de una planta potabilizadora que extraiga agua del Río de la Plata. Acogió el reclamo por cuestiones ambientales y formales, y dispuso no innovar, es decir, que el gobierno no puede (hasta que haya un fallo revocatorio) firmar el contrato con le empresa constructora.
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