La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, dijo que Brasil está experimentando un terrorismo climático, con quienes aprovechan las altas temperaturas y baja humedad para prender fuego en el país, dañando la salud de las personas, la biodiversidad y la destrucción de los bosques. “Hay una prohibición nacional del uso del fuego, pero hay quienes están llevando a cabo un verdadero terrorismo climático", dijo en una entrevista con los medios de comunicación el sábado (14) en la ciudad de São Carlos, en São Paulo.
Silva destacó que es fundamental que todos los agentes públicos que ya están movilizados continúen actuando, porque hay una intención detrás de estas acciones. Según la ministra, sólo dos estados no sufren sequía. Ella abogó por el endurecimiento de las penas para los que cometen este tipo de delito. Actualmente, oscila entre uno y cuatro años de prisión.
“No es posible que ante una de las mayores sequías de toda la historia de nuestro continente y de nuestro país, y con la prohibición existente, las personas sigan provocando incendios. Esto causa un gran daño a la salud pública, al medio ambiente, a nuestros sistemas productivos y no hace más que agravar el problema del cambio climático. Cuando se da una situación en la que se sabe que provocar incendios es como si se disparara un barril o un polvorín, se trata de una intención criminal”, afirmó.
Silva señaló que ya se ha detenido a 17 personas y hay 50 investigaciones abiertas. Para la ministra, es probable que haya personas entre bastidores alentando los crímenes, lo que puede ser descubierto a través de investigaciones y trabajos de inteligencia de la Policía Federal. También comparó los ataques incendiarios con el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023.
“Por eso es tan importante el trabajo de la Policía Federal. Tenemos que seguir investigando con un trabajo combinado de inteligencia, porque así podremos saber de dónde viene esta motivación. Prácticamente estoy comparando lo que está ocurriendo con el 8 de enero. Son personas que actúan deliberadamente para crear el caos en Brasil, incendiando bosques y actividades productivas de las personas.”
La ministra subrayó que los daños en São Paulo ascienden ya a R$ 2 mil millones para los agricultores, especialmente los cañeros. Según ella, ya se han quemado 900 mil hectáreas de zonas agrícolas y ganaderas, 1,4 millones de hectáreas de pastos y 1 millón de hectáreas de zonas forestales.
“Un bosque húmedo no se incendia, porque el fuego empieza y el propio bosque se las arregla para apagarlo. Como ya estamos experimentando los efectos del cambio climático, es probable que el bosque esté perdiendo humedad, como dicen los científicos, y que alrededor del 32% de los incendios se estén provocando intencionadamente para degradar el propio bosque”, analizó.
Agencia Brasil