Según las encuestas, el comportamiento de los votantes está a la vista, voto más, voto menos, existe una alta coincidencia en la intención de voto.
No obstante, existen zonas oscuras en los resultados que no se develarán hasta la noche del próximo 27 de octubre después de las 20 horas. Entonces se conocerá si ya hay gobierno, o por el contrario, si se debe ir al balotaje.
El interés, la motivación de estas líneas, es sobre esa zona de indecisos que vuelven movedizos los resultados y que se escapan por la tangente en todas las encuestas. Es que existe una porción no pequeña de la población que no tiene interés en la vida política ni tampoco encuentran en ella el valor que puede significar sobre su propia vida, los destinos generales de la nación. Están al margen, y pese a todo, el 27 deberán elegir entre unos y otros. Es que es difícil en el formato que tenemos en Uruguay poder estar de espaldas a los destinos políticos.
Tal vez, el mejor consejo para que esa población lo pueda aprovechar, es, en estos días que faltan, despertar su interés y preguntar, asesorarse, consultar con su padre, su madre, la amiga o el amigo, el novio o la novia, generar una instancia de debate, de intercambio de conocimientos y de preferencias en la esfera más cercana, para que el voto del 27 tenga, para esa persona indecisa, un sentido al menos compartido con alguno de los “asesores o asesoras” más cercanos.
Y como decía mi abuelita, “si se baila polka, que sea, pero no levanten mucha tierra”.
Viejo Vizcacha