Esta acción da comienzo de lleno con el traspaso de las funciones del gobierno saliente al electo, al tener el gobierno en ejercicio los nombres de las personas que van a secundar la próxima administración y así avanzar por áreas de cada ministerio.
Sin proponernos hacer un balance del gobierno saliente, es posible reconocer uno o dos hitos que signaron el gobierno de Lacalle Pou. La pandemia fue la más determinante. Desde el Ejecutivo se ha escuchado más de una vez los logros de gestión para paliar las consecuencias que el Covit podría haber generado, como ocurrió en otros países. Es cierto también que eso fue posible porque el sistema sanitario estaba en orden, alineado, aceitado desde el gobierno de Tabaré Vázquez, como médico que era. Y recordemos el grupo de científicos que consultaba el presidente. La segunda característica fue el crecimiento que tuvo la economía y que no se reflejó en el poder adquisitivo de la población; recién este año alcanzamos el poder de compra de 2019. Seguramente estos son hitos que recogerá la historia cuando se ocupe de los cinco años del gobierno saliente.
¿Y qué esperamos los uruguayos del próximo gobierno? Claramente mejorar las condiciones económicas de las grandes mayorías, trabajadores y jubilados.
Y además, creemos que Orsi tiene la ocasión de poder generar grandes obras que alivien la economía y potencien el desarrollo del país.
Una de ella es la grave crisis poblacional que afecta a nuestra sociedad. Hoy solo vamos a mencionarla, pero se convierte en un tema crucial buscar medidas, herramientas para detener y contrarrestar la demografía negativa que padecemos.
El segundo punto al que también prometemos volver, es promover obras que generen trabajo genuino y que puedan ser financiadas, al menos en parte, con recursos propios. En ese escenario, el desarrollo del tren, del tren de pasajeros y de carga, debería figurar en primer lugar. La rehabilitación del tendido ferroviario generaría trabajo, actividad y una amplia y múltiple cadena de trabajo indirecto.
Volveremos sobre estos temas, es una ocasión, una gran ocasión para que el nuevo gobierno se apropie de las soluciones que promoverán un Uruguay más inclusivo y con mayor trabajo.
Como decía mi abuelita: se viene fin de año, ¡hay que hacer pan dulce, pues!
Viejo Vizcacha