Antes del operativo se hizo una misa ecuménica frente al Congreso en la ciudad de Buenos Aires, en la que referentes de las iglesias católicas y evangelistas denunciaron la violencia institucional del gobierno de Javier Milei.
La represión que comanda Patricia Bullrich cada miércoles frente al Congreso dejó ayer a 82 personas heridas y 4 detenidas, algunas de ellas eran periodistas que cubrían la movilización de los jubilados.
Un nuevo operativo desmedido del gobierno de La Libertad Avanza, que horas antes no dio quórum en la Cámara de Diputados para tratar el aumento de las jubilaciones y la continuidad de la moratoria previsional. En la previa, se hizo una misa ecuménica en la que sacerdotes de iglesias católicas y evangélicas denunciaron la violencia de las fuerzas de seguridad. “No puede ser que se siga atacando cada semana a las y los jubilados que están llevando adelante un reclamo justo”, dijo el padre Paco Olveira, que fue golpeado en las dos últimas marchas.
Con el Parlamento totalmente vallado y la calle Rivadavia a la altura de Callao cortada por la misma policía, el despliegue represivo arrancó cerca de las tres de la tarde y estuvieron todas las fuerzas: la Federal, la Prefectura, la Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que lanzaron gases lacrimógenos y golpearon con tonfas a los manifestantes en distintos momentos de la tarde mientras intentaban cortar las calles. Los registros de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) indican que el saldo de la represión fueron 82 personas heridas, la mayoría de ellas con quemaduras en el rostro producto de los gases químicos. Incluso, una debió ser hospitalizada con un corte en la cabeza por un golpe de un efectivo de la Prefectura. También fue atacado Guillermo Lorusso, sobreviviente del centro clandestino de detención “El Vesubio” y fundador de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.
Nuevamente, la prensa fue uno de los blancos del operativo ordenado por Bullrich; los trabajadores La Nación+ Pablo Corso y Diego Pérez Mendoza fueron heridos y a la cronista Lula Álvarez, de El Destape, la gasearon y golpearon en la cabeza con una tonfa. Además, detuvieron a los fotógrafos Javier Iglesias y Tomás Cuesta, que trabaja para la agencia francesa AFP y que fue liberado horas después por pedido de la fiscal Malena Mercurial. A la reportera gráfica Mariana Nadelcu le rompieron la cámara con la que registraba la represión. Mientras tanto, Iglesias junto a Leandro Nahuel Cruzado y Pablo Daniel Luna fueron trasladados a la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales en Madariaga al 6900.
Página 12