“El otro hermano” Historia explícita e implícita de la crueldad en un pueblo perdido.

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El film “El otro hermano”, del director uruguayo Israel Adrián Caetano (“Un oso rojo”, “Crónica de una fuga”), es un drama de pueblo chico, detenido, derruido, con entonaciones de thriller, de western, muy bien dirigido, guionado, actuado; y temáticamente, en cierto modo, es un descenso al infierno dantesco, tal es la oscuridad, la crueldad sin límites, la sordidez desgarradora, que entraña dicho opus sin concesiones.

El joven Cetarti (interpretado por un obeso Daniel Hendler), en la primera secuencia, llega en su automóvil al pueblo de Lapachito, en el Chaco, con el fin de reconocer, identificar, los “irreconocibles” cadáveres de su madre y hermano, quienes fueran asesinados  por la pareja de su madre, que luego se suicidara. La escena en la morgue es irrespirable para el agonista y también para el espectador. Hay un personaje clave que estaba esperando la llegada de Cetarti, una suerte de dueño del poblado, que mueve todos los hilos de la madeja, encarnado con gran maestría por Leonardo Sbaraglia, el malvado, corrupto manipulador, Duarte, de quien nadie podrá escapar de sus tentáculos. Caetano adapta con libertad la novela del argentino Carlos Busqued, “Bajo este sol tremendo”, y pone en escena una historia nihilista, de horrores múltiples, de ocultamientos varios, con gran solvencia. El retrato de esta suerte de maligno, satánico Virgilio, comienza a plasmarse, su astuta mirada se esconde detrás de sus lentes negros, y en relación de lo que le irá expresando a Cetarti, un muchacho gris, frío, abúlico, que ha venido, luego de haber perdido un empleo público, desde Buenos Aires, al encuentro con sus muertos. Más adelante nos enteramos que es adicto a los porros y que adhiere al género documental en un goce permanente. Duarte le promete al joven, que en poco tiempo, le conseguirá un seguro de vida, que tendrá que ser repartido a la mitad, ya que sus contactos son muy eficientes en esa área. Relata que era amigo de Molina, - que diera muerte a su familia -, ya que los dos eran militares de carrera, que habían sido compañeros en el pasado estudiantil, y habían colaborado con el régimen dictatorial que se impusiera, desempeñando cargos importantes. Duarte infiere que Cetarti será una persona que podrá manejar a su amplio antojo. En el devenir fílmico, el espectador padecerá las imágenes aterradoras de los extorsivos secuestros que Duarte-Sbaraglia realiza en el presente, con la ayuda del hermanastro de Cetarti, llamado Daniel, el hijo que tuviera Molina con su esposa “oficial”, interpretada por la magnífica actriz española Ángela Molina. El actor Alian Devetac será el “otro” Danielito, que en su descarnada, sombría sumisión al muy siniestro ex militar, logrará una destacada performance en el decurso cinematográfico. La banda sonora atemoriza, paraliza, en un drama truculento que despierta miedo, desolación. Los descensos a un sótano que se utiliza para tener bien resguardados y con ataduras a las víctimas de los secuestros hasta recibir o no el rescate de sus familiares, son imágenes abrumadoras, estremecedoras. Una madre, cuyo hijo niega tener el dinero que se le ha pedido, se resuelve en una violencia mayor, por la conducta desmesurada, la insanía torturadora del avasallante Duarte. Un individuo que no sabe perder, en el contexto de un degradante universo fraudulento, en el que reina una impactante, total descomposición moral. Cetarti se ha ido a vivir a la casa de su hermano muerto, ha hecho un poco de dinero,  vendiendo a un chatarrero las innumerables cosas que atiborraban ese hábitat. Además ha encontrado un sobre significativo con dinero, que no dará a conocer. Asimismo Duarte que todo lo sabe, andará detrás del mismo. El propósito de Cetarti es irse a Brasil. Duarte lo obligará a hacer en solitario un hecho que no conviene revelar, pero que implica una trampa para su no-vida. Pero la contracara se dará, lo conducirá al ejercicio de un inesperado, insospechado desenlace. Así el espectador finalmente visualizará las imágenes del aparente sumiso Cetarti, abandonando ese lugar, emprendiendo con lentitud su camino, con mucho dinero a cuestas en su mochila, en un encuadre en el cual se refleja su desplazamiento, en un espejo del vehículo del mandamás. El rechazo feroz que provoca en el espectador el personaje de Sbaraglia, ratifica su durísima, negrísima crueldad, una notable internalización actoral de lo amoral. No hay duda que Caetano es un realizador con mayúscula, que ha entregado con este opus una clase magistral de cine, recreando las miserias humanas sin atenuantes morales ni emocionales de ningún tipo, apelando a un elenco formidable, en un film muy inquietante y perturbador. FICHA TECNICA “El otro hermano”, Argentina, Uruguay, España, Francia, 2017. Dirección y encuadre: Adrián Caetano. Guión: Adrián Caetano, Nora Mazzitelli (Novela: Carlos Busqued). Música: Iván Wyszogrod. Fotografía: Julián Apezteguia. Elenco: Daniel Hendler, Leonardo Sbaraglia, Alian Devetac, Alejandra Flechner, Max Berliner, Pablo Cedrón, Ángela Molina, Erasmo Olivera.

Paula Montes Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Modificado por última vez en Miércoles, 17 Mayo 2017 10:08