Para Vallarino, la conducta a seguir en Uruguay debería ser la misma que en el resto de los países, y vale tanto para los grandes inversores como para el ciudadano de a pie.

"En un contexto de incertidumbre global, este es un momento de parar la pelota en mitad de la cancha, mirar alrededor y quedarse tranquilo", dijo.

"Si uno gana en pesos, todos los compromisos que asuma deberían, en lo posible, estar en pesos", recomendó, así como "no tomar decisiones de mediano plazo, porque no está la cosa para eso".

Así las cosas, el imperativo es "esperar un poco hasta tener más información", porque la realidad es que, en el mundo de la economía y las finanzas "nadie sabe bien qué hacer".

"Hay que quedarse quieto, tomando decisiones lo más a corto plazo y seguras posibles. No es momento para cambiar de trabajo o endeudarse, obviamente si uno tiene la posibilidad de decidir al respecto", expresó.

En cuanto a la brusca escalada del dólar, Villarino consideró que no es achacable a "ninguna decisión que el gobierno haya podido tomar en estos pocos días", pero recordó que, en caso de producirse una baja "no volverá a los niveles de antes" y eso sí será "fruto de una decisión política que fue anunciada" en la campaña electoral.

Vallarino estima que una vez que se supere esta incertidumbre global -si sucede- el dólar podría estabilizarse cerca de los 42 pesos. "Hay una decisión política de priorizar el mercado exterior y mejorar la competitividad exportadora, y en eso hay ganadores y perdedores", explicó.

El economista señaló que ese fortalecimiento del dólar generará un crecimiento de la inflación que, según sus estimaciones, para abril ya estaría en dos dígitos. Asimismo, dicha situación "va a impactar en el poder adquisitivo de los trabajadores".

"Salvo que se ajuste por inflación, el salario real va a bajar", advirtió.

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