A nivel nacional, más de 6.000 personas han muerto, con más de 1.500 fallecimiento por COVID-19 solo en la ciudad de Nueva York.
Miembros del personal médico que se han visto obligados a trabajar turnos de hasta 16 horas reportan escenas caóticas de pacientes abarrotando hospitales que se han quedado sin camas y cadáveres que llenan rápidamente los camiones con sistema de refrigeración que sirven como morgues improvisadas.
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