"Hemos recibido informes preocupantes según los cuales, tras lo ocurrido, la policía no tomó las medidas necesarias para preservar las pruebas en la escena del crimen, lo que podría dificultar la investigación de esta trágica y letal operación", dijo un portavoz de la institución de la ONU, Rupert Colville. "Pedimos a la oficina del fiscal que lleve a cabo una investigación independiente e imparcial de este asunto, plegándose a las normas internacionales", agregó.
Al menos 25 personas, entre ellas un agente de la policía, perdieron la vida en esta operación, la más cruenta en la historia de Río de Janeiro, realizada en la favela de Jacarezinho, en la zona norte de la ciudad. La redada policial tenía por blanco una banda que reclutaba a niños y adolescentes para el tráfico de drogas, robos, secuestros y asesinatos. La favela es base de la principal banda de narcotraficantes de la ciudad, llamada Comando Vermelho (comando rojo).
DW